Extorsión: los otros costos

Publicado el 28 agosto,2015 Por: admin

Por Alfredo Alvarado

Roberto tiene 65 años y lleva en sus hombros la carga de un sueño frustrado. “Duele cuando las ideas y esperanzas se esfuman”, dice.

A su edad, el hombre de oficio panadero, pensaba ceder la administración de su panadería a sus hijos y desligarse un poco del ajetreo porque “ han sido mi apoyo administrativo”, cuenta.

Sin embargo, muy lejos de lo que tejía en sus pensamientos, el comerciante debió cerrar abruptamente  y para siempre su negocio de dos décadas.

“Los extorsionadores me pedían 10 mil lempiras (unos USD $450) mensuales o de lo contrario matarían a mi familia y a mí, tuvimos miedo porque las autoridades nunca nos dieron respuesta cuando fuimos a denunciar”, lamenta el comerciante.

“Estoy vivo de milagro, dos hombres me venían siguiendo para matarme y me pegaron tres tiros,  si me descubren van a terminar conmigo porque yo sé quiénes son”, dijo el ex panadero  mientras mostraba las heridas de bala que marcaron su piel, su alma y el futuro de sus hijos.

El caso del panadero López abulta la cantidad diaria de denuncias sin respuestas y de cierres obligatorios de negocios en Honduras. El país centroamericano sufre una epidemia de extorsiones y tantos otros males derivados de la inseguridad, como el secuestro y el  sicariato.

Recientemente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha señalado a este país, en un reciente informe, como el más violento del mundo. Una tasa de homicidios de 82,1 por cada 100 mil personas, la más alta del mundo en cifras absolutas en  Centroamérica y la sexta más elevada de América, así lo refrenda.

Aquí, no se respetan autoridades, ni horarios, ni rejas.

Los cercos de seguridad  y el blindaje de zonas críticas  son las operaciones ejecutadas a diario por parte de la policía para tratar de ofrecer un leve respiro a la ciudadanía, pero, los resultados son inconsistentes.

El sector empresarial ha sido uno de los más afectados.

Roberto  está plenamente convencido de la existencia de “un mercado criminal fructífero en esta zona porque la mafia ya desarrolló profundas raíces y eso todo el mundo lo sabe, nada más que se hacen de oídos sordos”.

La situación de personas como Roberto no es nueva para las autoridades. “Sabemos de dueños de pequeños negocios que han cerrado por causa de la inseguridad”, dice Efraín Domínguez, presidente de la Asociación Regional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras (ANMPIH).

La Gerencia de Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT)  aporta números preocupantes. En 2014 se perdieron 18 mil empleos directos y, en el panorama menos crítico, se anularon 54 mil plazas indirectas por causa de la inseguridad.

El cierre de 18 mil empresas pequeñas en dos años implica que cada día fueron clausuradas unas 25 sociedades mercantiles. Desiré García, gerente de esa dependencia, expresa: “el efecto de la extorsión no solo se ve reflejado en la pérdida de empleos, también impacta en el  sistema tributario”.

La ejecutiva fue clara: no hay un estudio que determine cuántas empresas que cierran pueden reabrir y cuántos de los que perdieron empleos vuelven a conseguir trabajo en un mediano o largo plazo. Entre 2012 y 2013 cerraron 18 mil empresas y una cifra similar se reportó el año anterior. Por ahora, la CCIT espera conocer un informe final sobre la incidencia de la criminalidad en el sector empresarial correspondiente al primer trimestre de 2015, en el cual se consignarán las empresas cerradas por el cobro del impuesto de guerra.

En Honduras existen unas 300 mil pequeñas empresas y solo en Tegucigalpa se aglutinan 49 mil 722, de acuerdo a la  CCIT. Una encuesta realizada por esa organización gremial entre 2 mil 920 propietarios de empresas, da cuenta que un 13 por ciento plantea la extorsión como el principal obstáculo para invertir en el país.  El ministro de Desarrollo Económico, Alden Rivera, admite que la extorsión es uno de los principales lastres de la economía nacional.

“Obviamente hay una incidencia negativa en el comportamiento de le economía, de cierre de negocios que se ven afectados por casas de extorsión”, expresó. Sin embargo, compete a la Secretaría de Seguridad dar respuestas a la ciudadanía sobre el combate a este flagelo, aclaró el funcionario.

La inseguridad percibida por los pobladores no ha sido obstáculo para que la Inversión Extranjera Directa se establezca en Honduras y las cifras resultan favorables. Al cierre de 2015 se espera captar U$900 millones, estiman industriales en la nación centroamericana.

El  secretario regional de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), German Pérez, apunta: “el incremento sería de 90 millones de dólares en comparación a 2014 cuando llegó a U$ 810 millones, lo cual vendría a favorecer algunas de las actividades que actualmente tienen mayor demanda en los mercados de exportación”.

Las áreas de generación de energía, la maquila y las telecomunicaciones se han vuelto los principales receptores de esa inversión.

¿Y la Policía?

Ciudadanos como Víctor Fonseca, involucrados en el negocio de la gastronomía, consideran que la violencia no se aplaca en Honduras; sin embargo, los datos del Sistema de Estadística Policial en Línea (Sepol) indican que los homicidios disminuyeron en los primeros seis meses de 2015.

La Sepol destaca: hasta el 30 de junio de este año, el país reportó 2 mil 580 homicidios, los cuales, entre los 181 días transcurridos en el semestre, representan  una relación de 14.25 fallecidos en forma violenta  por día. Para similar período de 2014, el número de muertes violentas era de  mil 50 y entre los 181 días transcurridos el promedio total alcanzó 16.85 personas fallecidas por día.

Durante tres años consecutivos, Honduras se ubicó entre los países más violentos del mundo al  registrar, en 2011, una tasa de homicidios de 86.47 por cada cien mil habitantes, casi diez veces la tasa media mundial, de 6.7 homicidios por cada cien mil habitantes.

Las autoridades de Seguridad han puesto en marcha algunas medidas preventivas, con moderados  resultados, pero sostienen que aún falta mucho por hacer para lograr una reducción en  los índices de violencia e inseguridad.

La Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA), destaca al Distrito Central y a la región norte y occidente como  las zonas más violentas de Honduras. De acuerdo a sus propias cifras, en el primer semestre de 2015 se reportaron 2 mil 549 homicidios. En similar  período de 2014 hubo 3 mil 611 homicidios.

Para la creación de estrategias orientadas a disminuir los índices de violencia en el país, las autoridades identificaron al narcotráfico como el principal factor generador de las muertes. El segundo factor es el accionar de miembros de maras y pandillas. En tercer lugar identifican la falta de valores morales y espirituales en la sociedad hondureña.

Al concluir 2015, FUSINA  proyecta  lograr  una tasa de 55 homicidios por cada cien mil habitantes. “En la medida que se vaya frenando el ingreso de droga, el accionar de las bandas delictivas y la  delincuencia común y organizada, irá bajando la inseguridad”, aseguró el portavoz de la institución militar José Coello.

Un Fenómeno 

 Honduras tiene caracterizado un corredor de desarrollo, desde Choluteca, hasta Puerto Cortés y  el eje fundamental es la Zona del Valle de Sula, donde, a  partir de los años 90, se ha acentuado la migración interna en el país. 

“Las personas se vienen del interior atraídas por las ofertas de empleo de las industrias maquiladoras, pero también se conjugan otros factores entre ellos la migración externa. Esto, sin duda,  ha venido generando e incubando otros fenómenos de violencia social que no eran normales en nuestro medio, entre ellos el sicariato, matones de oficio que asesinan a cualquiera por una paga,  aunque no tengan relación directa”, destaca el analista económico Darío Lagos.

Hay algo cierto: el cierre de empresas continúa en Honduras y   la  pérdida de  confianza de la ciudadanía en la efectividad de la policía y en el  sistema de administración de la justicia se agudiza…Se trata de un círculo vicioso muy complejo, difícil de romper como hasta ahora, a través de programas de reinserción.

 


 

Fotografía: Lemps PorAlex Steffler cc Licensed (CC BY-NC 2.0)

Publicado el 28 agosto,2015 Por: admin

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