¿Entrevista al Chapo o apología de un Capo?

Publicado el 11 enero,2016 Por:

Después de que se diera a conocer que los actores Kate del Castillo y Sean Penn entrevistaron a Joaquín Guzmán Loera para la revista Rolling Stone, periodistas, académicos, comunicadores  y especialistas en seguridad de América Latina, compartieron sus opiniones.

¿Es ético entrevistar a El Chapo estando prófugo? ¿Es periodismo lo que hicieron los actores? ¿Se hace apología del narcotráfico? ¿Qué tan trascendente es lo que dijo El Chapo Guzmán?

El debate se abrió desde las nueve de la mañana cuando Margarita Solano, Jefa de Información de este medio, publicó vía Facebook la siguiente reflexión:

—Señores Sean Penn y Kate del Castillo: ustedes deberían estar hoy declarando ante las autoridades de México y Estados Unidos, deberían estar siendo investigados por nexos con la delincuencia organizada no en la portada de Rolling Stone como heroínas de una entrevista con un verdugo que lleva años inundando el mundo de drogas, convirtiendo niños en sicarios, asesinando inocentes, comprando servidores públicos. Ustedes dos, Sean Penn y Kate del Castillo, cuando la mafia mexicana los buscó con la intención de hacer una película a modo, debieron inmediatamente llamar a las autoridades correspondientes. Pero no, los venció el morbo de la exclusiva, la adrenalina de la fama que hoy tienen no les es suficiente. Tenían que subirse en helicópteros del narco, tenían que tomarse fotografías para el recuerdo, tenían que vender la historia a Rolling Stone. Ese señor que les sonrío cuando los vio llegar, el del bigote, ¡es un narcotraficante¡, no se confundan, no es Robin Hood, aquí no ha salvado a nadie, la historia no es con él, es con sus víctimas, con los Estados Unidos que se da el lujo de que un actor de su categoría se reúna con el más buscado. Ustedes, Sean Penn y Kate del Castillo, son una mierda para una sociedad que llora, sufre, se acongoja por el charco de sangre que ha dejado el señor de camisa azul, ese que pretendían inmortalizar en una película, en otra más, que hace apología del narcotráfico.

El primero en comentar fue el Doctor Octavio Islas, sociólogo y doctor en Ciencias Sociales radicado en Ecuador, quien considera que lo que hicieron los actores pudo ser decisivo para la captura del capo.

Según el académico resulta curioso que según nota de los editores de Rolling Stone, el capo fue capturado en Los Mochis mientras la entrevista era remitida a prensa.

—Quizá la aceleró. Sean Penn coincidió en alguna ocasión con EPN en un hotel en EEUU, y de acuerdo con Arely Gómez, la búsqueda de reflectores de El Chapo fue decisiva para su recaptura. Imposible no asociar los hechos con la entrevista que el Mayo Zambada concedió a Julio Scherer García. El asunto es complejo. Hay quienes consideran la «entrevista» -solo se dieron a conocer dos minutos y fracción de los 7 y fracción que en realidad dura- como una apología del delito. En todo caso, la entrevista parece que fue una pieza clave para la detención de Guzmán Loera—

Solano se planteó entonces la interrogante. ¿El periodista que accede a una entrevista con el hombre más buscado del mundo no se convierte en cómplice?

Para Alberto Arce politólogo y periodista de la AP, el periodismo va a cualquier lugar del mundo a hablar con cualquiera que tenga una historia relevante para contar. No es juez ni fiscal ni mucho menos chivato de la policía. El problema es que no son periodistas quienes lo hacen sino celebrities, refiriéndose a los actores Sean Penn y Kate del Castillo.

—Si me hubieran ofrecido esa entrevista yo voy. Entrevistar a alguien no es hacer pacto con él, dependen que le preguntes— comentó Fred Alvarez, especialista en temas de seguridad en México.

—Me refiero a la línea tan delgada entre la legalidad y la ilegalidad, en ir a ver a un delincuente, pero no cualquiera, al más buscado del mundo. Hablo de, que desde mi punto de vista, te conviertes en cómplice. Hablo de esa especie de ego profesional que presume que todos debemos quedar con la boca abierta, extasiados cuando un periodista dice «yo entrevisté al más buscado del mundo, él me buscó, yo me tomé una foto con él, me eligió a mí». Hablo de ese maldito ego y de lo ilegal de acudir a una cita con una narcotraficante que además no aporta nada nuevo, no revela nombres, ni cómplices, ni cifras, no aporta más que eso el decir «yo lo vi cuando medio país lo buscaba». Hablo de esa necesidad de aplausos de la prensa que siempre se va de boca parándose el cuello haciendo cosas buenas que no parecen malas, son malas a todas luces— agregó Solano.

Entonces Rosa Cristina Parra, colombiana radicada en México y asesora en comunicación política, comentó lo siguiente: «un narcotraficante es un delincuente aquí y en cualquier lugar… y no es una discusión sobre la legalidad de las drogas o no… tanto Joaquín Guzmán Loera como vivimos en Colombia a Pablo Escobar y a los demás de los carteles… son delincuentes… Un periodismo que va a cualquier lugar del mundo a hablar con un delincuente no es una historia que celebrar es apología del delito y ser cómplice… y nada es más dañino para nuestras sociedad que tener medios que le dan ‘alas’ a los delincuentes para que se conviertan en ‘ejemplo’ de ‘picardía’… Además que un actor y una actriz la hagan de ‘periodistas’ para vender y fomentar su imagen pública es todavía más delicado»

En el mismo sentido se manifestó Ivonne Melgar, periodista de Grupo Imagen Multimedios en México al considerar como —imperdonable—  la apología del crimen organizado. —Es un atento aviso de la derrota cultural de la guerra contra los narcos. Esto marca un antes y un después. Tenemos que hacer un alto en el camino, no podemos seguir igual—.

Paola Gómez Perafán y jefa de información del diario El País, el diario más influyente del suroccidente colombiano, coincidió en que «los periodistas periodistas nodebemos desvelarnos por entrevistar delincuentes si el único fin de ellos es engrandecer nuestro ego y más si son ellos los que nos llaman, porque pueden terminar usándonos». Dijo también, que todo depende de quién entreviste al delincuente y del contexto del caso ya que  «algunos periodistas, por el afán del rating, suelen darle el micrófono a los delincuentes para que digan lo que ellos quieran».

Para Olga Behar, periodista  autora del Clan de los Doce Apóstoles, entre otros libros que revelan los nexos de políticos con el paramilitarismo, lo que hizo Kate del Castillo y Sean Penn no es un ejercicio de periodismo sino —una acción de propaganda -y de las costosas, tanto en dinero, como en seguridad para el capo-  Cuando se le pregunta en redes sobre si ella hubiera entrevistado a El Chapo o no, Behar responde que hubiera ido sin duda —pero no a hacer las preguntas que este par de idiotas hicieron sino a escudriñar en el modus operandi del negocio del narcotráfico, a conocer la mente criminal más de cerca, a preguntarle por sus víctimas. A reconstruir piezas claves de su historia personal y delincuencial, como por ejemplo, a que me contara cómo logró escapar dos veces y quiénes fueron sus cómplices.

Finalmente, Behar reconoció haber entrevistado anteriormente  criminales «a montones» y resaltó que no son los periodistas los que deben calificar si lo son o no. Pero para abordar a un sujeto de  las características de El Chapo, o de cualquier otra condición, -debe haber una investigación sustanciosa por detrás, para poder controvertir, re preguntar y escudriñar.


Fotografía: Private Investor Improves Basic Infraestructure in Mexico by Mike Licht
cc Licensed CC BY 2.0 

Publicado el 11 enero,2016 Por:

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