El único momento en el que deja de escuchar salsa y vallenato, es para redactar. Estudió Comunicación Social-Periodismo en la Universidad Autónoma de Cali-Colombia soñando en ser locutora pero en tercer semestre se dio cuenta que su voz era sosa y tartamuda frente al micrófono. Supo que viviría de contar historias cuando su abuelo, el hombre más viejo de todo el pueblo, movía las cejas y gesticulaba con las manos mientras contaba como una noche de copas, al intentar destrabar una cerradura y asomarse por el orificio de la llave, vio un ojo de vaca haciéndole guiños. Las primera veintena de crónicas escritas en México, nacieron en los reclusorios de menores infractores, de conversar con mujeres víctimas de trata y de escuchar a niños secuestradores que le confesaban que el mejor pago de un plagio era ver la cara de horror de sus pudientes víctimas cuando les apuntaba con una pistola. Cruzar caminando la frontera con Estados Unidos, recorrer algunas villas en Argentina, pisar las montañas en Colombia y entrevistar a una decena de peritos forenses, hacen de su escritura un acto de curiosidad intrépida. Cuando ella escucha la tragedia humana de viva voz, pasa largas noches acariciando el insomnio. Sólo cuando escribe los secretos confesados, logra volver a conciliar el sueño abrazada a una almohada que guarda un par de esas confidencias. Maestra en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García de la Ciudad de México, becaria Google a la excelencia para cursar el Máster en Investigación, Datos y Visualización del diario El Mundo en España, Premio a Mejor Crónica en Prensa por la historia Ciudad Juárez: zona de guerra (2012), autora de Crónicas de la Violencia, alumna de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez, del escritor argentino Martín Caparrós, Francisco Goldman del New Yorker y Diego Fonseca editor de América Económica. Actualmente, Margarita trabaja en la edición de Sin Maletas, un propuesta de libro periodístico que cuenta la historia de refugiados en Iberoamérica. Promueve el periodismo de paz, dirige su propio portal de noticias: www.lopolitico.com y cofundadora de Periodismo sin Ataduras, una fundación mexicana que busca hacer periodismo y capacitar periodistas en América Latina. Es también, mamá de un par de varoncitos a quienes, el día que no quieran dormir, les contará la historia de esa vaca curiosa que tenía la mala costumbre de espiar por las cerraduras.
